viernes, 30 de noviembre de 2007

Miércoles siete de Abril (Fragmento)


No importa si no entiende lo
que le escribo, comprenda que
las cosas más importantes no
pueden escribirse o hablarse,
por eso, si algún día a usted
hablo, no escuche lo que digo,
sino lo que callo.

Déjame ponerme un poco informal.

Te he pensado toda esta tarde,
me manejo en el par de miradas
que me diste mientras yo decidía
descubrir algo más de tu existencia,
mientras tanto,
saldré de este asombro que me queda
después de verte así de repente,
pero será peor pues pensaré en tu
soltería, en no incomodarte, en
cómo es posible que camines de esa
forma, en la naturalidad de tus
ojos o qué pensarás de todo esto.

El tiempo pasa y yo luego
pienso qué será más anestésico
en ella: Sus manos, sus besos o
su cadera.


Maximiliano.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

La mediocridad y el materialismo

Se me ha hecho imposible evitar este comentario,
De hecho mi ausencia durante tantos meses se debe al mismo.

Existe una cantidad casi incalculable de manifiestos tan poco valorables y significativos para el espíritu hoy en día que me ha surgido la pregunta: ¿es posible que estemos rodeados de tan impresionante capa de estupidez?

Muchas veces contestaba esa pregunta asumiendo que muchas de las cosas que admiro no son en lo absoluto hijas de algo lejano a un ejercicio mental o del corazón. Sin embargo, me he dado cuenta que lo que abunda no es otra cosa que aquello que tenga que ver con el entrometerse en la vida delos demás, preocuparse de la propia integridad (si se le puede llamar así) o en fin demostrar interés por goces o placeres tan vanos que resulta increíble creer que es allí donde nacen la mayoría de los males de la sociedad actual.

La temprana satisfacción de las necesidades hacen de las personas seres incapaces de valorar las costumbres, la privacidad y el buen quehacer.

Nacen o se crean entonces personalidades groceras, calculadoras, irracionales, violentas e inconcientes.

Me incomoda el hecho de que no se reconozca.

Por otra parte, nace un injustificado sufrimiento por aquello que es perseguido por un falso deseo.

¿Dónde está nuestra posición en todo esto?


Maximiliano.