domingo, 25 de abril de 2010

Late

Me pregunto si aún me ama:
El cuerpo aún me regala escalofríos cuando lo pienso.

Me pregunto si aún me ama:
Yo no respiro cuando pienso en su nombre.

Me pregunto si aún me ama:
Ya no recuerdo el perfume de su boca ni el olor de sus manos, ni su rostro enamorado sobre mi pecho,
no recuerdo nada de eso porque no lo merezco.

Todos los días cumplo condena.

Ni siquiera en sueños le veo.

Es la condena más triste que un hombre puede tener.