Hoy II

Es tu propio nombre que conspira entre incertidumbres.
Es tu propio nombre que deambula entre su agenesia y las luces de la noche.

Es tu propio nombre apaciguado por tus pensamientos y tu esperanza,
es tu propio nombre, es tu propio nombre, es tu propio nombre.

Es tu nombre y la bienaventuranza de tus ojos y tu palabra y tu silencio.

Esta vez no es tu sonrisa.
Eres tú, y es lo amargo de la realidad,
es lo amargo de la ilusión descubierta,
es lo amargo de la medicina.

Pues ya tienes dominio también en mis demonios.

Por tu nombre Venus también,
tu nombre labriego de semilla templada.

Es rocío, es temple, es laurel, es humanidad,
fantasía que promete de una vida entera su naturalidad.

Es anestesia para el alma,
es una pausa a un futuro en cuya remembranza ya no habrían hilos,
sino cuerdas amarradas al destino
sin ninguno de nuestros demonios,
o un vacío en cuyo espacio, en su deleite,
descansarán nuestras palabras.

Por tu nombre también en el crepúsculo de tus ojos
arderá mi nombre,
y mis sentencias que también serán tuyas
me harán pronunciarte también,
y en juntarse las cuerdas se abrirá el cielo,
y la luz y tus ojos serán lo mismo,
y las aguas serán tus labios y el viento tus manos.

Por tu nombre responderé a cada pregunta por tu nombre,
que será también el mío en tus ojos de luna llena
y tus labios de cerezas y de miel.