Lo que estará declarando ni ella misma lo cree, ni yo mismo le creo, eso quisiera.
No, no es su corazón el que habla, ni el que siente.
Cuando realmente se ama nunca se deja de amar.
Uno se borra.
Yo no me he entregado a ninguna otra y sé que esto no es una pesadilla, aunque eso quisiera.
Y aún así todo me resulta familiar y desagradable,
pues he de reconocer que la música toma otro sentido, otro significado,
y las que antes me disgustaron hoy me sirven para recordarla,
y las que antes me enamoraron hoy me comprimen el cuello.
Cuando le entregas tu alma a alguien deja de pertenecer a ti mismo.
Hay tantas cosas que el tiempo no puede borrar.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hace días que leo tu entrada y no sé que comentar. Claramente son pensamientos reconocibles, sentimientos conocidos, como una vereda oscura de una calle que nunca es bueno recordar que pisaste.
A veces me pregunto quién no tiene el corazón roto.
Hace dias que no puedo escapar de los recuerdos, quizas es algo que me acompañará siempre y tengo que aprender a vivir con ello, nose, solo pasa, en mis sueños sin que lo premedite o sin que lo note, solo sucede.
aunque se vea lejano, no quiere desaparecer
Publicar un comentario