sábado, 28 de febrero de 2009

De Lo Que Nace Prematuro, Y Se Deja Crecer Con La Espera

Falta de naturalidad sería
hacer que mi gracia le agrade,
que por acortar la espera
la dicha de estar juntos no me acompañe.

Mas ante la duda que trajeron
tales vientos,
no quiere mi corazón que pase
a ser tormento,
pues si de las ganas las pasiones
(que no existen con otra) me llevasen
a transformarlas en acciones,
no debería ganarme tal cual su aprecio
por tan absurdo atrevimiento
de otorgar a vuestro sentimiento
palabras que no son consecuentes con lo que hago.

De lo que yo en usted despierto
bien quiere mi paciencia,
que no quede en usted tal anhelo muerto,
que de las confesiones que le hago
se alimente su conciencia, siendo
usted la que convoca a tan extrañas ciencias.

Que de ahora en adelante
mi voluntad firme espera
dejar crecer a su libertad
lo que para mañana mi
sentimiento desea escuchar,
que por amor mi alma no
se condena, sin que quiera
sea así su decisión:
Que sobre mí caiga la desilusión
con algo más que un poco de pena,
y cualquiera sea la determinación que
usted tomase,
déjeme grabar en poesía lo que para mí
parece ser la cuestión que nos une:
Que por ahora no es falta de cariño
lo que para el amor sería como una
falta de respeto, que lo que el tiempo despierta
demuestra lo agradable de nuestras compañías,
que pese a los jóvenes recuerdos que compartimos,
nos encantan.

De usted no espero menos cariño que el de una amiga,
que lo que tiempo, cariño y destino decidan,
no me impidan por ahora decirle,
cuanto bien le hace su existencia a la mía.

No hay comentarios: